Un servidor dedicado es un servidor físico exclusivo que no está compartido con otros usuarios, lo que significa que todo el hardware, como la CPU, la RAM y el almacenamiento NVMe, está completamente dedicado a tu uso. A diferencia de los servidores virtuales o en la nube, donde los recursos pueden estar compartidos entre varios usuarios, en un servidor dedicado tienes acceso total y exclusivo a todos los recursos del hardware. Además, los discos NVMe proporcionan una velocidad de lectura y escritura extremadamente alta, lo que asegura un rendimiento superior para aplicaciones intensivas en datos. Al estar ubicado físicamente en Europa, puedes beneficiarte de una latencia baja para los usuarios europeos, lo que es esencial para aplicaciones y servicios que requieren un tiempo de respuesta rápido.